lunes, 22 de enero de 2018

COSO vs ISO 31000. ¿Cuál es más aplicado en la gestión de riesgo empresarial?

En noviembre del año 2015 Marsh Risk Consulting, empresa del grupo Marsh & McLennan Companies en conjunto con RIMS, The Risk and Insurance Management Society, realizó un estudio de benchmarking con el objetivo de conocer las diferentes prácticas de gestión de riesgos en el entorno empresarial latinoamericano, que permitió comparar con respeto a otros países el nivel de desarrollo en esta área (1).

Dentro del grupo de preguntas se indagó cuál de los estándares internacionales aplican las organizaciones para diseñar su sistema de gestión de riesgo, arrojando como resultados que casi la tercera parte de las empresas encuestadas aplica la norma ISO 31000 y muy cercano a ese número (29%) se adhieren a COSO (Commitee of Sponsoring Organizations).





En primer lugar hay que advertir que ambos estándares no son manuales de aplicación o recetas para implementar un sistema de gestión de riesgo empresarial.  Son un marco de trabajo y de proceso general para la gestión de los diversos tipos de riesgos. Estos estándares no obligan a utilizar una visión única y rígida, sino que dentro de unos principios e instrucciones cada organización las adapta a sus necesidades.

Los enfoques de estos estándares han sido revisados de forma continua y se puede hablar de convergencia en muchos aspectos, aunque el debate está servido al comparar el abordaje de ambos estándares en temas específicos.  Hay coincidencia en principios, tales como, el riesgo agrega valor a la organización, la importancia del modelaje y compromiso de la alta dirección como dinamizadores para crear una cultura de riesgo, pieza fundamental para alcanzar un carácter integral en la gestión, y en los procesos de apreciación y tratamiento del riesgo las metodologías se aproximan bastante.

El enfoque inicial de COSO hacia el control interno, y la percepción de que su alcance era poco aplicable a todo tipo de empresas, ha desarrollado un enfoque más integral con su última versión COSO ERM 2016. Entre tanto la ISO 31000:2009, actualmente en proceso de cambios hacia ISO31000:2018, se presenta como una norma relativamente de pocas páginas, fácil de comprender, clara y práctica que se expandió rápidamente en su aplicación en muchas empresas. La norma ISO 31000:2009 no requiere certificación.

Cualquiera que sea la elección o si ya la empresa aplica alguna de ellas, los dos enfoques en conjunto proporcionan a los profesionales de la gestión de riesgo y auditores un marco adecuado y efectivo para diseñar, fortalecer o integrar la gerencia de riesgo.

(1)https://www.marsh.com/mx/insights/research/i-benchmark-de-gestion-de-riesgos-en-latinoamerica.html

viernes, 5 de enero de 2018

¿Por qué la gestión de riesgo adquiere cada vez más protagonismo en la toma de decisiones de las empresas?

No deja de llamar la atención como la gestión de riesgo va incorporándose o haciéndose cada vez más explícita y destacada en el quehacer diario de muchas de nuestras empresas en la región latinoamericana, aunque con sus desfases en el desarrollo de esta actividad en diferentes sectores económicos y países.

Destaca cómo normas internacionales, entre ellas la última actualización de la norma ISO9000:2015, adopta el pensamiento basado en riesgo dentro del marco del sistema de gestión de la calidad, confirmando la importancia que tiene identificar los riesgos asociados a los productos y servicios, desde su diseño hasta las actividades postventa, todo ello alineado a los objetivos estratégicos definidos por la empresa.

Todo lo anterior se deriva porque los objetivos, en sus niveles estratégicos, tácticos y operativos que fija una organización se enmarcan en ambientes de alta incertidumbre o entornos VUCA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) que la obligan a gestionar el riesgo para el logro de su sobrevivencia, protección, sostenibilidad, competitividad y resiliencia ante los constantes cambios.

La gestión de riesgo ha ido adquiriendo relevancia como herramienta para el desarrollo y supervivencia empresarial pautado por las experiencias que la industria financiera y específicamente el sector bancario y bursátil han sufrido, permitiendo conformar un marco que ha permeado cada vez más a ser aplicado en todo tipo de empresas.

Los estándares COSO y COSO-ERM sin duda fijan pautas y han evolucionado con la complejidad de cambios globales y presencia de nuevos eventos de riesgos y que con la norma ISO31000 (entre otras normas más específicas por áreas de especialización), son los estándares internacionales de referencia para implementar la gestión integral de riesgos en las organizaciones.


Finalmente, la gestión integral de riesgo evoluciona de una visión exclusiva, especializada, funcional y a veces marginal dentro de las organizaciones, a una actividad que forma parte de la cultura organizacional, agrega valor a la empresa y contribuye a crear ventaja competitiva.